Argentina sufrió sin sentido en un partidazo
Por Nahuel Ruiz.
Argentina y Uruguay nos regalaron el mejor partido del Sudamericano Sub20 con un electrizante triunfo 4-3 para Argentina, con dobletes de Claudio Echeverri (figura) y Maher Carrizo. Para Uruguay anotaron Joaquín Lavega también por 2 y Esteban Crucci.
Fue un partido muy intenso, de inicio a fin. En los primeros minutos se hizo áspero, con una presión muy alta de Uruguay sobre el medio argentino (lo antes dicho, saben los rivales que el medio es clave y atacan ahí). Todo muy trabado y trabajoso hasta que “el diablito” resolvió con un remate tras una gambeta fantástica, que dejó sentado al arquero charrúa.
Posteriormente el mismo Echeverri amplió y trajo tranquilidad, pese a la lesión más temprano de Agustín Ruberto, producto de un golpe en un posible penal no sancionado en favor de Argentina, siendo reemplazado por Carrizo.
Fueron minutos de control total para los de Diego Placente. El plato fuerte fue la segunda parte, donde nada más empezar, Carrizo ponía el cuarto. Aunque parecía todo tranquilo, Uruguay apretaba y no se daba por muerto. Tras una pelota sucia a la salida de un córner, Joquín Lavega descontaba.
Minutos de sozobra para Argentina, hasta un nuevo gol de Carrizo… Pero siguieron los problemas porque en 10 minutos Uruguay se puso 4-3 con una mala salida de Jeremías Martinet en el segundo y una deficiente cobertura general en el tercer gol.

Argentina terminó sufriendo en un partido donde convirtió cuatro goles, es una frase casi contradictoria. No es normal tener que aguantar habiendo sacado diferencia, pero es cierto que el equipo sigue con problemas del ciclo Mascherano: falta de solidez, las transiciones ataque-defensa incompletas y el nerviosismo general ante los goles rivales.
También hay responsabilidad del cuerpo técnico actual en la lectura durante el juego, con casos como la titularidad de Martinet sobre Santino Barbi (titular en la reserva de Talleres en detrimento de un Martinet que apenas toca reserva en River). Sacar rápido a Valentino Acuña por Mariano Gerez, que es más de corte, pero muy posicional, cuando Uruguay jugaba desplazamientos largos.
Hasta incluso el pobre ingreso de Franco Mastantuono que tiene calidad de sobra, pero la misma es directamente proporcional a su displicencia. Con lo cual, en un partido intenso y de dientes apretados, se vieron sus destellos, aunque improductivos, incómodo ante la presión incesante del rival. Párrafo aparte a un patadón que debía ser roja directa, no vista en el VAR.
Nueva victoria argentina que fue apretada (otra vez) sin necesidad, un equipo que es una cosa cuando ataca y otra cuando defiende, debe encontrar equilibrio y saber “matar” los partidos.
Se viene Colombia el lunes, un equipo que ya lo conoce y que le supo complicar las cosas en aquel empate 1-1. Habrá que seguir trabajando, porque estos mismos errores y distracciones, se pagan caro cuando del otro lado además de la atención al detalle, hay jerarquía.
Resumen:
